Tenía que hacer una sección solo para Miyasaki, un director que a mi parecer debería de tener muchos más reconocimientos por sus películas animadas, llenas de un toque increiblemente creativo y mágico. No hay duda que deja desbordar su imaginación. Aquí expongo un film que permitió que Miyasaki obtuviera el oscar por mejor película animada: El Viaje de Chihiro.
Chihiro es una niña
caprichosa y testaruda de diez años que cree que el universo entero debe
someterse a sus de-seos. Cuando sus padres – Akio y Yugo – le dicen que
tienen que cambiar de casa se pone furiosa y no hace nada para ocultar
sus sentimientos. Cuando la familia se marcha Chihiro se agarra al ramo
de flores que le han regalado sus amigos como si llevara en él todos sus
recuerdos. Rumbo a su nueva casa, la familia parece equivocarse de
camino y de repente se encuentran al final de un mis-terioso callejón sin
salida. Allí se yergue un enorme edificio rojo con un intermi-nable túnel
en el centro que parece una boca gigantesca.
El túnel conduce a un
pueblo fantasmal donde les espera un magnífico banquete. Akio y Yugo se
lanzan sobre la comida. Chihiro mira a sus padres, que siguen devorando
plato tras plato, cuando de repente son transformados en cerdos. Sin
querer han en-trado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres
mágicos, dominado por la diabólica Yubaba, una arpía hechicera. Yubaba
le explica a Chihiro que a los intrusos los transforman en animales y
después los matan para comerlos. Los que consiguen escapar de este
trágico destino son condenados a morir una vez que se demuestra su
inutilidad. Afortunadamente Chihiro encuentra un aliado en forma del
enigmático Haku. Para postergar su terrible destino y para sobrevivir en
este extraño y peligroso mundo debe hacerse útil, debe trabajar. Chihiro
sale de su pereza habitual pero a la vez debe renunciar a su humani-dad,
a sus recuerdos e incluso a su nombre...
No hay comentarios:
Publicar un comentario