Dicen
que estaba enamorada del humo que exhalaba el amor de vez en cuando de su
diminuta pipa. Por Dios, pero ¡qué abstracto! El amor no es algo que se pueda tocar.
Tratar de explicarle eso a la señorita “mente dividida” sería como avanzar en
un laberinto sin salida.Vivía sosteniendo en su mano derecha el mismo sueño desde hacia unos cuantos años. Desearía que su mirada dejara de ver la fantasía para volver a su dolora pero saludable realidad.
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