Una verdad secreta

Hola, este es mi nuevo relato. La temática es sobre un secreto propuesto por Miembros de Adictos a la Escritura.
 
Una Verdad Secreta
 
Él lo sabía, ella sabía que él lo sabía, él sabía que ella sabía que él lo sabía. Así que sin más rodeos fijó su mirada desnuda sobre él. Con ambos pares de ojos clavados entre sí el secreto se iba tornando cada vez menos inmóvil. Ninguna boca se atrevió a pronunciar palabra alguna.

Emilie decidió posar su atención en la sangre que corría por el labio de Daniel, y de vez en cuando en su adolorido y encogido brazo, fue entonces cuando se libró del acosamiento al preguntarse ¿cómo podía estar Daniel afrontando el dolor físico con una mirada fría?

—¿Es difícil?—preguntó Emilie intentando evadir lo inevitable.

—No, cuando lo entierras muy bien con una vida que no es la tuya—respondió con sequedad.

—No me refería a eso. Hablo de los golpes, si es difícil soportarlo… —guardó silencio sintiéndose tonta después de mucho tiempo, sabía que sus palabras no tenían coherencia.

Emilie desvió la mirada, se puso de pie intentando recobrar su atormentada calma y volvió su rostro hacia la nada.

—Pues… para mi cuerpo sí lo fue, pero para mi alma, creo que no. Creo que tú me entiendes—la última frase la dijo con el énfasis de querer invitar a salir el secreto de la oscuridad.

—No. No te entiendo y tú nunca me entenderás. Todos los seres humanos somos diferentes unos de otros. Probablemente la fortaleza del “alma” no sea más que un espejismo y duele el doble que tus golpes—afirmó con la certeza de un persona que proyecta con sus respuestas.

—Y eso ¿me hace diferente de ti? Si mi alma está como tú dices, ¿por qué soy diferente a ti? —Daniel bajó la mirada y esperó que Emilie le contestara.

—Porque el objetivo que me mueve no es el mismo que el que te mueve a ti—respondió abandonando el temor característico de la parte “normal” de su persona.

—Pero el resultado siempre será el mismo ¿no? —sus labios estuvieron a punto de desnudar aquel secreto, pero se contuvieron con el fin de provocar una especie de tortura emocional a su compañera.

Emilie seguía inmóvil de brazos cruzados, con su vista hacia la ventana, seguía observando la nada intentando encajar aquella verdad con su propia vida.

Daniel se limpió un poco de sangre de su boca y como si de pintura se tratara dibujó en la espalda de Emilie una “m” que fue muy fácil de descifrar mientras lo hacía. Ella solo esperó que terminara para salir de ahí, de aquella casa del demonio que guardaba muchos más recuerdos agradables que desagradables.

Su secreto ya no le pertenecía más…

***

“¿Por qué me ayudaste?” esa pregunta resonó durante dos décadas seguidas en la mente de Emilie, y siempre llegaba a la misma respuesta. Ese día se había atrevido a decirlo en voz alta estando a solas en su habitación “porque somos iguales, y temo que seamos la misma persona. Si dejaba que te golpearan, sería como si me lo hicieran a mí”.

Salió de casa sosteniendo la mentira con sus actos, siendo alguien que no era, siempre en la espera de la caída de la noche para ser ella misma y cometer lo que tanto consolaba su alma: callar voces.

Aunque Daniel seguía en su memoria, había insistido en reprimir la más diminuta presencia sobre ese ser sin escrúpulos. Sí, le había sacado del cascarón de la mentira, pero eso no había mejorado su situación, solo la había empeorado.

De vez en cuando una pequeña mancha roja en su camisa delataba aquel contenido oculto en su retorcida mente.

¿Pero cuál sería aquel secreto tan profundo que dos personas serían capaces de compartir?







 

7 comentarios:

  1. Abigail: Nos dejaste con la duda y la intriga, pensando en lo que esconderían ese par. ¿Sería robo, asesinato, incesto, ¿qué, qué, qué?
    Bueno pues ya nos lo contarás ¿o no?
    Gracias por tu intervención en este intento de no dejar morir los relatos: Doña Ku

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  2. No es justo, me dejaste metida!
    Concuerdo con Dora, me falto un final en el relato.
    Saludos

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  3. ¡Hola, hola!

    Me gustó tu aportación. Has ejecutado lo que yo llamaría un inicio brutal: tiene chispa.

    Ahora bien, cuando expresas: “ambos par de ojos” en realidad debe escribirse “ambos pares de ojos” porque está en plural. Sin embargo, nos has regalado (o bueno, al menos a mí) una gran línea: “Probablemente la fortaleza del “alma” no sea más que un espejismo”, así que gracias por eso.

    Sobre el final, está genial, ¡me gusta que todo quede en secreto! No obstante, aunque entiendo que el misterio es la esencia de tu relato, te agradecería que dejaras entrever un poco más de la situación que has mostrado.

    Y ya por último, te recomiendo revisar la estructura de tus diálogos, por ejemplo: en “—Porque el objetivo que me mueve no es el mismo que el que te mueve a ti—respondió abandonando el temor característico de la parte “normal” de su persona.” Debe haber un espacio entre el diálogo y la intervención del narrador: “[…] te mueve a ti —respondió abandonando el temor[…]”, y así en todos. De todos modos, te dejo un enlace, para que puedas constatarlo: http://reglas-escritura.blogspot.mx/2007/10/estructura-de-los-dilogos.html

    Gracias por compartir tu escrito.

    Nos seguimos leyendo, ¡un fuerte abrazo!

    P. D. El complemento musical ha quedado perfecto.

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  4. ¡Hola Abi! El secreto y el misterio alrededor hacen que tu relato sea inolvidable, o al menos a mi me ha dejado pensando mucho, y tu narración sabe envolver muy bien al lector, gracias por compartirlo ¡un abrazo!

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  5. Gracias por esta dualidad que ha expresado todo sin decir nada...porque el secreto sigue siendo eso...un secreto para todos menos para ellos dos. Muy bueno.

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  6. Me dejaste algo perdido en tu relato y eso es un punto también positivo, pues de secreto iba el tema. Estoy de acuerdo con Athena pero puliéndolo un poco te quedará redondo si antes dieras pistas para que el "sufrido" lector intuya de que se puede tratar ese secreto. Mi teoría es que lo que tenía en el labio era salsa de tomate, aquella que tanto le gusta a ella y que odia que él se la coma. (era broma de escritor). Ahora en serio, te doy mi enhorabuena, sigue escribiendo que lo haces muy bien.

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  7. ¡Abi! Tu relato me ha dejado con ganas de conocer el secreto que ambos guardan, ¿acaso tendrá que ver con ritos satánicos? Me intriga mucho.
    Me encanta como escribes, sólo que cuando leí la palabra "acosamiento", me sonó muy rara, ¿no será mejor acoso? Es que no estoy segura si la otra existe.
    Me ha gustado mucho. ¡Un besazo!

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